martes, 6 de marzo de 2012

La Guardia Civil, militar siempre.


La noticia ha pasado desapercibida para casi todos, pero es importante: “EL TRIBUNAL SUPREMO RATIFICA LA NATURALEZA MILITAR DE LA GUARDIA CIVIL también cuando desempeña sus funciones policiales habituales”. Respondía así el Tribunal a un recurso de una asociación profesional adicta a los pleitos, de todo tipo y de cualquier cosa.

La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha manifestado desde sus orígenes con claridad su deseo de una Guardia Civil moderna, formada por guardias civiles eficaces, queridos y bien tratados por la sociedad a la que prestamos servicio, y es la única Asociación Profesional de Guardias Civiles que defiende públicamente, de forma reiterada, con rotundidad y con decisión su naturaleza militar, en el convencimiento de que contribuye de forma determinante a garantizar la eficacia del servicio al ciudadano, aunque ello conlleve renunciar a una serie de derechos que a la mayoría de los ciudadanos les son reconocidos. Así lo asumimos voluntariamente el día que decidimos ser guardias civiles y por ello, celebramos esta sentencia del Tribunal Supremo.

Junto con APROGC, y antes que el Tribunal Supremo, ha habido otras instituciones que se han manifestado recientemente a favor de la naturaleza militar de la Guardia Civil, como por ejemplo la Defensora del Pueblo y el recién nombrado Ministro del Interior quien, refiriéndose al carácter militar de la Guardia Civil, dijo “que lejos de significar o suponer una restricción para el buen cumplimiento de sus misiones es todo lo contrario, constituye un plus de eficacia. Por algo será que es la institución más valorada según las encuestas del CIS por parte de los ciudadanos españoles. Por lo tanto, las opiniones son libres, pero los hechos son muy tozudos”.

En resumen, nos alegramos de ser lo que somos, guardias civiles y militares, de poder seguir siéndolo, es uno de los objetivos fijados en nuestros Estatutos. Si algún día la Guardia Civil dejara de tener naturaleza militar, perdería su esencia y la propiedad característica de su ser, sería otra cosa, no la Guardia Civil tal y como la conocemos hoy.

Nos preocupa que haya asociaciones profesionales que pretendan sustraer ese carácter militar  como paso previo a la desaparición de la Guardia Civil, mediante la fusión con el Cuerpo Nacional de Policía. Las “unidades de acción” entre asociaciones de guardias civiles y sindicatos de policía, disfrazando sus intenciones, pretenden alcanzar un modelo policial español con un solo cuerpo policial, algo no deseado ni deseable. Esas asociaciones que solo difunden lo negativo que ocurre dentro del Cuerpo, hasta lo más esperpéntico, y que rinden pleitesía a esos sindicatos, deberían manifestar sus verdaderas intenciones con la misma valentía y claridad con las que APROGC habla.



 Madrid, 5 de marzo de 2012