Así no!, Sr Ministro, ¡así no!

Última actualización 29/09/2012@04:41:17 GMT+1
Reproducimos por su interés el artículo sobre la nueva congelación salarial de todos los funcionarios, aplicable a los miembros de la Guardia Civil, emitido por la Unión de Suboficiales de la Guardia Civil.
Friedrich Nietzsche dijo en su obra “Más allá del bien y del mal” que Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo.
 
Vivimos tiempos difíciles y en el horizonte de los españoles vislumbramos un rescate que ya nos mira desde el fondo de su abismo y que aventura nuevos sacrificios y recortes que, mucho nos tememos, volverán a recaer sobre los de siempre en aras de la lucha contra ese monstruo llamado crisis económica. Y cuando hablamos de los de siempre, de los que cobran una nómina fiscalizada por Hacienda, no cabe duda que hablamos también de nosotros, los Guardias Civiles.
 
Los españoles señalan desde hace algún tiempo a la clase política como uno de sus principales problemas. Y desde la Unión de Suboficiales de la Guardia Civil-USGC, Sr. Ministro, queremos darle un serio aviso: No se convierta usted en nuestro principal problema.
Nuestro, y del resto de Guardias Civiles y Policías Nacionales que usted manda desde que asumió dicha tarea al ser nombrado Ministro del Interior.
El ejercicio del Mando (incluso el suyo) requiere de un equilibrio muchas veces difícil entre hacer cumplir las órdenes y velar, a su vez, por el bienestar de sus subordinados y administrar los recursos puestos bajo su responsabilidad para obtener el máximo rendimiento de ellos, de acuerdo con los principios de economía y eficiencia en su utilización y eficacia en el cumplimiento de los objetivos fijados. Y ésto no lo decimos nosotros. Lo dicen las RROO de las Fuerzas Armadas.
 
Y hasta ahora, Sr. Ministro, no parece que su mandato sea un ejemplo de responsabilidad en el ejercicio del Mando por varias cuestiones, de la que tenemos que destacar sin duda alguna -por su inacción- la de velar por el bienestar de sus subordinados, más allá de sus desafortunadas ruedas de prensa.
Porque hay una certeza innegable: a los Guardias Civiles, el cuerpo policial peor pagado de España, se nos ha tratado como al resto de funcionarios a la hora de aplicar los recortes.
Extraño y curioso porque nunca se nos ha tratado como funcionarios a la hora de las mejoras y los beneficios.
 
Quizás ello se deba -el no salir beneficiados casi nunca- a que los Guardias Civiles no nos consideramos funcionarios con uniforme sino SERVIDORES PUBLICOS. Ese pequeño matiz recoge toda una filosofía profesional: somos Guardias Civiles las 24 horas al día y siete días a la semana, haga frío, calor, llueva o nieve, no usamos el “vuelva usted mañana” y alargamos nuestro horario si el servicio o el problema lo requiere, no conocemos los “superpuentes”, la frase “está desayunando” no está en nuestro vocabulario y muchos aseguradoras se niegan a hacernos pólizas de seguros de vida cuando nos preguntan nuestra profesión. Plenamente identificados y en el punto de mira de cualquier teléfono con cámara, con movilidad laboral por toda España por cursos y ascensos, siempre bajo presión y sospecha constante, con un régimen disciplinario cuasi inquisitorial, dispuestos a dar nuestra vida por rescatar otra, utilizados por los políticos para sus propios intereses, con una carencia de personal, material y sueldo ya endémica pero suplido todo ello con voluntad y sacrificio vocacional y con unos horarios que no dejan hueco alguno a la conciliación de la vida familiar con la laboral.
 
¿Y somos nosotros los responsables del despilfarro? ¿Somos esos parásitos que por sacar una oposición no pegamos palo al agua el resto de nuestra vida? ¿Somos el estereotipo de funcionario que dibujaba Mariano José de Larra? ¿O somos los que recibimos los palos de los antisistema por defender el Estado de Derecho?
 
Quizás si en vez de Benemérito Instituto nos llamásemos Caja de Ahorros de la Guardia Civil no estaríamos hablando de recortes sino de una jugosa inyección del FROB y unas no menos jugosas pensiones de jubilación. Y si nos denominásemos Comunidad Autónoma de la Guardia Civil seríamos rescatados con dinero público y no necesitaríamos hacer recortes en personal o medios. ¿No?
 
Debería hacérselo mirar, Sr. Ministro, porque sus Guardia Civiles y Policías Nacionales no merecen el trato que nos está dispensando.
Y recuérdenos, por favor, que otro día hablemos de su política antiterrorista.