sábado, 22 de octubre de 2011

La sociedad mirobrigense acompaña a la Guardia Civil en la celebración de su patrona


El Cuartel de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo se vistió de fiesta en la mañana del miércoles para honrar a lo grande a su patrona, la Virgen del Pilar. Los miembros del Cuerpo se pusieron sus mejores galas para procesionar a la Virgen, acompañados de sus familias, y también de numerosos representantes de la sociedad mirobrigense.
Como es habitual, los actos comenzaron en el patio del propio Cuartel, donde estaba la imagen de la Virgen, escoltada por dos guardias, con varios ramos de flores alrededor, uno de los cuales fue depositado por responsables de Cruz Roja. Tras la llegada de las diversas autoridades, dentro del Cuartel se cantaron los himnos de la Guardia Civil, y de la Virgen del Pilar. Estos rezos fueron guiados por el párroco de San Cristóbal, Rafa Caño, y uno de sus ayudantes, don Florentino.
A continuación daba comienzo la procesión desde el Cuartel hasta la parroquia de San Cristóbal. Como es tradición, madres, hijas y esposas de los integrantes del cuerpo fueron quienes portaron la imagen de la Virgen, por las calles Laguna, Lorenza Iglesias y San Cristóbal. Tras la imagen, el alcalde,Javier Iglesias; el teniente de alcalde, Marcelino Cordero; el jefe de la Policía Local, Narciso Caridad; y el presidente del Cuerpo de los Bomberos Voluntarios, Jesús Muñoz.
Y siguiendo a éstos, la práctica totalidad de los concejales del Equipo de Gobierno (Ignacio Hernández, Enrique Cencerrado, María José Ramos, Rosa Esquivel y Carmen Cambronero), y varios ediles del Partido Socialista (Gisela García, José Aurelio Pérez, José Prieto y Arantxa Lerones). También acompañaban la imagen de la Virgen el nuevo presidente de Cruz Roja, Agustín Hernández, junto con la anterior presidenta de la entidad, María Jesús García. La comitiva la cerraban el resto de guardias civiles.
Una vez en la parroquia de San Cristóbal, el Obispo de la Diócesis, Raúl Berzosa, ofició la Eucaristía, acompañado, además de por los sacerdotes del templo anfitrión, por los párrocos de El Salvador y San Andrés. Varios guardias también custodiaban a la Virgen junto al altar. Una vez finalizada la misa, Raúl Berzosa dedicó vivas a la Virgen del Pilar, a España y a la Guardia Civil.
Posteriormente, los miembros de la Guardia Civil se desplazaron hasta el hotel Conde Rodrigo II, donde disfrutaron de un vino español como cierre de la jornada festiva.