El día 13 de junio, en una ceremonia
sencilla y emotiva, el Presidente Nacional de Circulo Ahumada - Amigos
de la Guardia Civil - D. Antonio Mancera López, otorgó en nombre de la
Asociación, el título de "SOCIO DE HONOR" al Padre Ignacio María Doñoro de los Ríos.
En el acto se le hizo entrega además del
título acreditativo, de una estatuilla representativa del servicio de
la Guardia Civil, una estatuilla titulada “Guardia Civil caminera”,
reflejo del espíritu de sacrificio y de superación que siempre ha
demostrado la Guardia Civil a lo largo de los 171 años de existencia,
además de ser la imagen imperecedera y mundialmente conocida y
reconocida de la Guardia Civil española y que viene entregando el
Circulo a todos sus socios de honor cuando estos son nombrados.
En la ceremonia, además del homenajeado
estuvieron presentes distintos miembros de la Junta Nacional de Circulo
Ahumada-Amigos de la Guardia Civil, FELIPE SOLIS, EMILIO SANTOS
GARCIA-ALCAÑIZ, JOSÉ GALVEZ RODRIGUEZ, el secretario General FERNANDO
GÓMEZ HERNÁNDEZ entre otros, arropando en este acto a su Presidente D.
ANTONIO MANCERA LOPEZ, así como familiares y amigos que quisieron estar
presentes en este reconocimiento.
La entrega de este título, corresponde a
los valores y al perfil humano del Padre Ignacio María Doñoro y al
cariño, respeto y la defensa, que siempre ha tenido por y hacia la
Guardia Civil, Cuerpo en el que estuvo destinado como Capellán
Castrense, en un principio en el Cuartel de Intxaurrondo en los peores
años del terrorismo de ETA, dando calor y consuelo durante más de diez
años y en los momentos más difíciles, tanto a los guardias civiles como a
sus familias, era un tiempo donde, después de cada atentado, de cada
guardia civil asesinado, la sociedad miraba hacia otro lado, y aquellos
guardias que luchaban y morían por nuestra libertad, por nuestra
sociedad necesitaban de ese consuelo. Posteriormente fue destinado a la
Academia Especial de la Guardia Civil, y suya, junto a los cadetes de la
Academia fue la iniciativa que recorrió el mundo entero, de pedir al
Santo Padre que se pusiese el tricornio de la Guardia Civil, imagen que
hizo que muchos de nosotros, en realidad toda la Guardia Civil,
sintiéramos el reconocimiento y la bendición del Santo Padre con aquel
simple gesto.
Pero también es un reconocimiento a su
labor con los más necesitados, los niños, a su labor en Casa Nazaret en
plena selva amazónica de Perú, donde en su casa de acogida, ofrece a
estos niños al menos una esperanza de futuro y de vida, con medios
escasos y precarios, en una zona en la que a pesar de estar en pleno
siglo XXI, el día a día de estos niños no es otro que la esclavitud, la
trata de seres humanos, la muerte, y es esa labor desinteresada,
altruista, de sacrificio, de abnegación, de superación, de lealtad a los
propios ideales y metas, de valentía, pero sobre todo humanitaria y
benemérita hacia estos niños necesitados, no solo de lo más elemental,
comida, ropa, educación, también de cariño desinteresado, valores que el
padre Ignacio con su ejemplo diario intenta inculcar a estos niños y a
quien le quiera oír y valores que representan igualmente a la Guardia
Civil, a la que perteneció y pertenecerá para siempre.
Por su parte el Padre Ignacio, quiso que
tuviesemos un bonito recuerdo de sus niños, y nos obsequió con una
pulsera-decenario, con diez semillas de huayruro, una planta que allí
representa "la buena suerte y la riqueza", acompañadas de un pequeño
crucifijo de madera, que simboliza la protección de Nuestro Señor y que
de forma desinteresada nos ofreció, pero que además tienen un valor
especial añadido, el haber sido confeccionadas por los propios niños de
Hogar Nazaret.
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